martes, 6 de diciembre de 2011

Crítica de las ciencias ocultas

El Más estúpido de los discursos humanos y que por tal debe ser temido, es aquel que se dirige a la credulidad por la nigromancia, hermana de la alquimia, la cual sin embargo ha creado cosas simples y naturales. Pero la nigromancia es más criticable que la alquimia, ya que ella nada produce, si no algo que es idéntico a sí misma: es decir, la mentira.

No hay engaño en la alquimia que es administradora de los simples productos de la naturaleza y cuyas funciones no pueden producirse por la misma naturaleza, porque en ella no hay instrumentos orgánicos con los cuales pueda realizar lo que el hombre realiza con sus manos y así ella ha creado el vidrio, etc...

Pero esta nigromancia, verdadero estandarte y bandera flameante al viento, arrastra una loca multitud que atestigua con clamor los infinitos efectos de este arte; y los libros llenos de tales cosas afirman que los espíritus encarnados aparecen y hablan, sin lengua, sin el instrumento orgánico indispensable al lenguaje. Y no solamente hablan, sino que levantan pesos muy pesados, provocan tormentas y hacen llover, hacen que los hombres se conviertan en gatos, lobos y otros animales, bien que de todos ellos el único verdadero animal sea: ¡el que tales cosas afirma!

Ciertamente, si la nigromancia fuera en realidad lo que los espíritus inferiores afirman, nada sobre la tierra podría igualarla, para servicio y perdición del hombre. Si fuera cierto que ese arte da el poder de turbar la tranquila serenidad del aire y cambiarla en aspecto nocturno, de desencadenar los vientos con truenos espantosos y rayos desgarrando las tinieblas y con huracanes capaces de derribar los edificios, de desarraigar los bosques y exterminar los ejércitos dispersándolos y derribándolos a tierra; y de fomentar además las terribles tempestades privando a los labradores del fruto de sus esfuerzos; ¿qué guerra podría igualar semejante daño, para atacar al enemigo que ha de privarlo de sus cosechas?

¿Qué batalla marítima podría ser comparada a aquella en la que se ordenaría al viento y en la que cualquier flota sería arruinada y sumergida? Ciertamente, el que comandara a tan impetuosas potencias sería señor de los pueblos y ningún genio humano podría resistir a sus implacables fuerzas.

Los tesoros ocultos y las grandes gemas escondidas en el seno de la tierra le serían descubiertas. Se haría llevar a través de los aires de Oriente a Occidente hasta los rincones más ocultos y opuestos de todo el universo ...




Pero, ¿para qué extenderme más? ¿Qué cosa podría resistir a un tal artífice? Casi ninguna, excepto suprimir la muerte. Y si la magia es verdadera, ¿por qué no ha permanecido entre los hombres que tanto la desean y que no tienen miramientos con deidad alguna?

Esto es de una importancia infinita para el hombre que anularía a Dios con todo el universo con tal de satisfacer sus apetitos.

Si la magia no ha permanecido entre los hombres, siéndoles tan necesaria, es que ella no ha existido ni existirá jamás. Por definición, el espíritu es lo qué hay de invisible en el cuerpo: y en los otros elementos no hay nada de inmaterial, puesto que allí donde no hay cuerpo, hay vacío; y el vacío no existe en los elementos, puesto que ellos lo llenarían de inmediato.

¡Yo quiero hacer milagros! Teniendo menos que otros hombres más tranquilos: aquellos que quieren enriquecerse en un día viven en la mayor pobreza, como sucede y como sucederá eternamente con los alquimistas, con los que quieren fabricar el oro y la plata, con los que creen que el agua muerta es capaz de dar vida activa a sí misma, mediante un movimiento continuo, y con el supremo tonto: el nigromante y encantador.

No hay comentarios:

Publicar un comentario